Casas de la plaza Primero de Mayo de Úbeda, conocida como Paseo del Mercado

A la actual plaza Primero de Mayo de Úbeda se la conoce desde tiempo inmemorial como el paseo del Mercado. Un espacio que fue el corazón de la ciudad en el medievo, centro del poder político, económico y social.

Este acogedor recinto, en el casco antiguo de la ciudad, ha recibido muchos nombres a lo largo de su historia, pero siempre ha pervivido el de paseo del Mercado. Y es que este fue uno de sus principales cometidos. El historiador Ruiz Prieto asegura que el zoco de la ciudad árabe ya se ubicaba en este lugar, al menos desde el siglo X.

El paseo del Mercado es una de las plazas con más peso e historia de Úbeda. La iglesia de San Pablo, en el flanco norte de la plaza, hacía la mayoría de las veces como Ayuntamiento. En ella se conservaban los archivos de la nobleza y, desde sus balcones, se presenciaban los acontecimientos más relevantes de la ciudad. Los comunicados eclesiásticos, las disposiciones y bandos municipales, el mercado semanal, las ferias anuales, las corridas de toros, los autos de fe…

Un flamante ayuntamiento para la ciudad

Sin embargo, esto no fue siempre así. Consciente la autoridad civil del exceso de poder que aglutinaba el clero, quiso imponer también su presencia en el paseo del Mercado. Y, a principios del siglo XVI, comenzó a edificar en una de sus esquinas su propio edificio, donde alojar al Consistorio y sus quehaceres. No obstante, el conjunto que vemos hoy en día es posterior, del siglo XVII. Se trata de una bella obra de noble cantería, precedida por una lonja de elegantes arcos de medio punto. Y dotada, por supuesto, de un hermoso balcón corrido con vistas a la plaza, para que las autoridades pudieran tomar el pulso a la ciudad.

Antiguas Casas Consistoriales de Úbeda, actual conservatorio de Música Maria de Molina

Antiguas Casas Consistoriales

Las Antiguas Casas Consistoriales, hoy sede del conservatorio de música María de Molina, dejaron de tener esta función en el año 1873. Junto a ellas coexistían numerosos establecimientos de muy diversa índole. Puestos donde se venden especias, cordones, esparto y todo tipo de mercancías; escribanías públicas que dan fe de documentos y escrituras; una alhóndiga donde se realizan las transacciones comerciales; animados mesones donde las avispadas meretrices ofrecen sus servicios; el hospital de San Pedro y San Pablo, capaz de alojar a un buen número de peregrinos y transeúntes…

Los terrados y soportales de la plaza del Mercado

Todas estas actividades se ubicaban en locales bajo los soportales de las viviendas que circundan la plaza, de planimetría rectangular. Son como casas-tienda, propiedad de la nobleza local, que las arrienda a los comerciantes y artesanos. Pero eso sí, reservándose el uso de los codiciados balcones que miran a la plaza, a los que llaman «terrados», para no perderse ninguno de los acontecimientos importantes que suceden en ella.

Balcones o antiguos Terrados en la Plaza Primero de Mayo de Úbeda

Balcones, reminiscencia de los antiguos «Terrados» en la Plaza del Mercado de Úbeda

En la actualidad, los soportales, que eran probablemente adintelados, ya no existen. Fueron tapados e incluidos en sus respectivas viviendas en el año 1862. También se dispuso entonces una fachada común para todas ellas, con el fin de darle un aspecto homogéneo al conjunto, que es el que se puede apreciar hoy en día.

El convento de San Andrés

En el lado este del paseo del Mercado se alzaba el convento de San Andrés, del que solo se conserva la portada. Hoy situada en el flanco derecho del IES Francisco de los Cobos. El cenobio fue fundado en 1531 por el ilustre dominico fray Domingo de Valtanás, un personaje que destacó en el opresivo ambiente religioso de la época por sus ideas avanzadas.

Antiguo convento de San Andrés en el paseo del Mercado, actual plaza Primero de Mayo de Úbeda

Portada del desaparecido convento de San Andrés

Los miembros de esta orden eran los encargados de asistir espiritualmente a los reos de la Cárcel Real que habían sido condenados al cadalso. Y, tras ejecutar la sentencia, de darles sepultura en las proximidades del convento. Como era de esperar, las ejecuciones públicas tenían lugar en el paseo del Mercado. Los dominicos de San Andrés abandonaron esta sede en 1836, barridos por los decretos de expropiación llevados a cabo por Mendizábal.

Una fuente monumental y un quiosco para la música

Como toda plaza que se precie, debía de tener una fuente de uso público. El paseo del Mercado tenía la más bella y monumental de toda la ciudad. Situada frente al convento de San Andrés y adosada al ábside de la vieja iglesia de San Pablo. En ella aún lucen los blasones de sus patrocinadores, ninguno episcopal. Una obra, por tanto, de claro carácter civil, en ese pulso entre ambos poderes por dominar el espacio más representativo de la localidad.

Fuente en la iglesia de San Pablo de Úbeda

Otro elemento que no puede faltar en una plaza considerada como el centro neurálgico de la ciudad es el quiosco de la música. Hoy es una bonita estructura de hierro elevada sobre un pedestal octogonal. Pero en sus inicios era enteramente de madera, y su colocación en el paseo del Mercado también era distinta. En cualquier caso, el templete sigue desempeñando su esencial función de difundir la música al aire libre en un ambiente alegre y festivo.

Y en el centro una estatua de mármol blanco

El centro del paseo del Mercado está ocupado por un emotivo monumento a San Juan de la Cruz. El frailecillo carmelita murió una madrugada de diciembre de 1591 no muy lejos de este lugar, en al actual convento e iglesia de San Miguel. Allí hay un maravilloso museo dedicado a su memoria donde se custodian sus reliquias, en un recogido Oratorio de estilo barroco. Nuestra empresa Artificis también gestiona este singular espacio. Aquí tienes toda la información que necesitas para que puedas visitarlo.

Monumento a San Juan de la Cruz en la plaza Primero de Mayo de Úbeda

El santo poeta, elegido copatrón de Úbeda, mira extasiado al cielo con su rostro de mármol blanco, suspendido su cuerpo sobre una «llama de amor viva», en alegoría a su famoso poema. El monumento, el primero dedicado al santo e inaugurado en 1959, es del imaginero Francisco Palma Burgos.

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