Escudos de la fuente de San Pablo de Úbeda

Situada en el centro neurálgico de la Úbeda medieval, la renacentista fuente de San Pablo destaca por su monumentalidad. Emblema del poder civil y de las obras de modernidad acometidas en el siglo XVI en la ciudad. 

La fuente de San Pablo de Úbeda se halla adosada al ábside de la iglesia del mismo nombre. Preside, majestuosa, un ensanche de la plaza Primero de Mayo, conocida popularmente como el paseo del Mercado. Un lugar que fue en el medievo el corazón económico, político y social de la ciudad.

En la actualidad, la monumental fuente, ha perdido la funcionalidad para la que es concebida en el siglo XVI, la de abastecer de agua a los vecinos y vecinas del barrio de San Pablo. Un cometido que desempeña a las mil maravillas y que se prolonga en el tiempo hasta bien entrado el siglo XX. La imagen de los cántaros de barro agrupados en torno suyo, o alineados en largas colas esperando su turno para colmarse con el agua de sus dos caños, es ya una estampa inmortalizada en las fotografías de la época.

La fuente de San Pablo en los años 50 del siglo XX

La fuente de San Pablo en los años 50 del siglo XX

Ejemplo de arquitectura civil y pública

La fuente de San Pablo es una de las numerosas reformas que se emprenden en Úbeda en el siglo XVI. El objetivo es dotar a la ciudad de una nueva imagen, más moderna, alejada de su impronta medieval. Y también el ofrecer a la población edificaciones que cubran sus necesidades cívicas y cotidianas. Como puede ser la construcción de una cárcel o de un nuevo cabildo «más decoroso». Pero también son necesarias una alhóndiga, una pescadería, las carnicerías o un pósito para almacenar el grano. Y, claro está, necesaria es igualmente la construcción de varias fuentes.

Fuente de San Pablo

La presencia del agua en la ciudad no solo va a beneficiar a la población sino que puede transformar el semblante mismo de la ciudad. Ya que existe un claro interés por incentivar la limpieza. Evitando, por ejemplo, la formación de muladares en callejones ciegos, mejorando los empedrados de las calles o instalando un sistema de alcantarillado. Otras iniciativas son el descubrimiento de nuevos minados, junto al cuidado y limpieza de los ya existentes. De este cometido se encargan los «veedores de caños», quienes revisan los conductos y atanores que llevan el agua hasta una quincena de fuentes públicas.

La fuente más monumental de Úbeda

Los caudales que financian todas estas empresas son de origen nobiliario y eclesiástico, pero también provienen de las arcas públicas. Ejemplo de ello es la fuente de San Pablo, una obra promovida por el corregidor Juan de Gaviria, en la que también intervienen el cabildo de la ciudad, presidido por su alcalde mayor Maximiliano Espinosa de los Monteros, y la poderosa casa de los Austria.

Escudo de los Austrias

Escudo de los Austrias

Sus señoriales escudos aparecen labrados en los dos cuerpos superiores de la fuente, a la que se dota de una imagen moderna y monumental. Pues, no en vano, representa el poder civil y público en un recinto con fuerte carga presencial. Digamos que es todo un símbolo, un mensaje a la ciudadanía. Fue labrada en el año 1590 al más puro estilo renacentista por los canteros Alonso de Alarcos y Diego Gil. Y terminada un año más tarde, según reza en la inscripción. El conjunto, está coronado por un gran frontón triangular, rematado por una cruz.

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