Interior de la iglesia de San Nicolás de Bari de Úbeda

Es uno de los templos más antiguos de Úbeda, alzado en el siglo XIV extramuros de la ciudad. La iglesia de San Nicolás de Bari está considerada como uno de los mejores ejemplos del gótico andaluz.

La iglesia de San Nicolás de Bari de Úbeda se encuentra algo desplazada de la ruta turística por excelencia. Pero su visita es obligada al tratarse de uno de los templos más antiguos y monumentales de la ciudad. Está situado en uno de los arrabales que surgieron en el exterior del recinto amurallado tras la conquista cristiana. Y se cree que fue alzado sobre el solar de una primitiva mezquita o sinagoga judía. Esto sucedió entre los siglos XIV y XV, y de esta época conserva algunas de las muestras más puras del gótico andaluz.

San Nicolás, esencia del gótico andaluz

Ejemplo de ello es la portada sur, levantada en el año 1509 por mandato de Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, nuestro obispo constructor. Sus escudos episcopales lucen entre la filigrana y el delicado encaje de la piedra, propio del gótico flamígero. La portada guarda bastantes similitudes con otra perteneciente a la iglesia de San Isidoro. Este último templo también fue alzado en los arrabales de la ciudad y sufragado por el mismo obispo de la diócesis de Jaén.

Portada Sur de la iglesia de San Nicolás de Bari de Úbeda

Otros elementos góticos que posee la iglesia de San Nicolás son sus elegantes arcos apuntados y las bóvedas de crucería que cubren sus tres naves, apoyadas sobre sólidos pilares. También las bellas capillas funerarias que se abren en los costados. Y el ábside, con forma poligonal, que conforma el altar mayor. Sin embargo, el retablo que cubre sus muros es una obra neogótica realizada en el siglo XX por Francisco Palma Burgos, que sustituye otros de época anterior.

Reformas en el siglo XVI

El siglo XVI irrumpe en Úbeda con toda su fuerza. Trae la centuria prosperidad económica y el consiguiente aumento de la población. Realidades que fuerzan a la ciudad a expandirse y transformarse. Y esto se va a notar en las parroquias limítrofes como es la de San Nicolás. Donde se derriban sus murallas protectoras, se abren nuevas calles y se construyen más viviendas. Igualmente, el templo será sometido a sustanciales reformas, esta vez en el estilo renacentista imperante.

Las mejoras que se acometen en la iglesia de San Nicolás de Bari consisten en el refuerzo del ábside y de su arco toral. También se construye la portada de subida al coro, así como un nuevo y original baptisterio. Este último de planta semielíptica, con una fantástica obra de cantería para simular mayor profundidad. La sacristía es otro elemento destacado. Su monumental portada de acceso, mandada construir por el obispo Diego de los Cobos, muestra un corpus decorativo poco habitual.

El bello púlpito de San Nicolás, forjado en hierro y adornado con las armas de Molina y Cobos, es otro de los elementos de esta época renacentista, cuya realización fue posible gracias al dinero de las multas impuestas a capellanes y clérigos. A este último hay que sumar las capillas de la Purísima Concepción y la del Deán Ortega. Obras, todas ellas, en las que se aprecia, tanto de forma directa como indirecta, la mano del arquitecto Andrés de Vandelvira, paladín del arte renacentista en estas latitudes andaluzas.

La capilla del deán Ortega

La proyección de la capilla del deán Ortega se suele atribuir a Vandelvira, aunque existen algunas dudas sobre ello. La manda erigir el entonces deán de la Catedral de Málaga, el ubetense Fernando Ortega Salido. Quien, entre sus altas ocupaciones, ostenta también la de capellán y apoderado al servicio de otro ilustre ubetense: Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V. Esta es la razón por la que existen numerosas obras en San Nicolás respaldadas por la poderosa familia Cobos.

El deán desea construir una capilla para el enterramiento de sus padres y para él mismo en la iglesia de San Nicolás. Y el resultado es esta obra espléndida, de estilo plateresco, que exhibe un denso programa iconográfico de carácter mortuorio. Concebida con un gran arco de triunfo, enmarcado por columnas con anillos de calaveras que simbolizan la muerte y cabezas de querubines que recuerdan la esperanza en la resurrección.

capilla del Deán Ortega

El conjunto está rematado por una magnífica reja de forja, de las más sobresalientes de la ciudad, obra del artesano Juan Álvarez de Molina. En ella se muestran las armas de su fundador, enmarcadas por tenantes y glifos, dentro de un programa iconográfico de exaltación mariana. El dorado y policromado de la reja corre a cargo del maestro Antonio de Aquiles.

La impronta del arquitecto Andrés de Vandelvira

La traza de la portada de poniente de la iglesia de San Nicolás de Bari, esta sí, es con toda seguridad de Vandelvira. Construida en 1566, es una de las piezas manieristas más arriesgadas y vigorosas de la arquitectura andaluza del siglo XVI. Una composición que el maestro repetirá en el alzado de la Sacristía de la Catedral de Jaén.

Portada de Poniente de la iglesia de San Nicolás de Bari de Úbeda

La portada está concebida a modo de arco triunfal y enmarcada por pares de columnas de orden corintio. La escultura de San Nicolás de Bari, titular de la iglesia, ocupa el tímpano del gran arco central. Y, un cuerpo ático, con el altorrelieve del Padre Eterno, remata el conjunto. Este último es un elemento de gran originalidad que, junto con el empleo de la figura humana en la decoración, denotan la personal e inconfundible impronta de Andrés de Vandelvira.

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